No. No me he vuelto loco. Es que no me apetecía escribir un título demasiado largo y he preferido vivir en las siglas.
Quienes me siguen saben que desde hace tiempo ando probando la
realidad aumentada, tanto la geolocalizada como la de en 3D.
La pregunta que constantemente me hago es: ¿sirve esto para nuestro día a día docente? Mi respuesta hasta ahora ha sido
poco (pero no por eso he dejado de hacer pruebas y lanzar ideas más o menos locas); sin embargo, hace unos días escuché la charla que
Betina Lippenholtz dio en la OEI. En ella remarca una cualidad de la realidad aumentada a la que yo no había prestado atención: la de enganchar al alumnado por el asombro.
Creo que asombrar a mis alumnos de Primero de Bachillerato sería difícil, pero ¿y a otros más pequeños? Es por esto que he comenzado a crear packs enfocados a ellos.
El primero,
del que también di cuenta aquí, estuvo dedicado al Día Mundial del Lavado de Manos.
Ahora saco otro sobre
los tipos de lenguaje y la comunicación. Ya lo sé: es muy básico y seguro que encontráis mil fotos más expresivas que mis modelos, pero ¿y el asombro? ¿No llamará más la atención de nuestro alumnado el que una imagen aparezca de la nada?
Como el pack me ha quedado de lo más minimalista (ayer había 22 personas viéndolo al mismo tiempo y nadie lo retuiteó), hoy he hecho un vídeo en el que lo muestro y sugiero otras aplicaciones didácticas.
Espero que os guste y que le saquéis algún provecho.
Por cierto: dos cabezas piensan más y mejor que una. Así que si se os ocurre alguna idea, no dudéis en dejármela en los comentarios, en Twitter o en mi mail.