El teatro del 27
Sexta conferencia del curso La Generación del 27 y su época. Ochenta años después. 1927-2007, a cargo de Gregorio Torres Nebrera, quien comenzó distinguiendo entre literatura dramática y teatro (literaturatura dramática representada).
Continuó preguntándose si hubo un teatro del 27. La respuesta fue negativa pues del grupo de los nueve o diez poetas canónicos sólo seis hicieron literatura dramática. Además, en algunos casos (Gerardo Diego, Pedro Salinas), sus acercamientos fueron simbólicos y anacrónicos; es decir, posteriores a la época de eclosión de del grupo (1920-1936).
Por lo tanto, si se quiere admitir la existencia de un teatro del 27, hay que centrarse en otros escritores como Jardiel Poncela, Max Aub, Alejandro Casona e incluso Alberti. Tampoco debe olvidarse a cinco autores que, aunque de generaciones anteriores, hacen una dramaturgia renovadora:
Continuó preguntándose si hubo un teatro del 27. La respuesta fue negativa pues del grupo de los nueve o diez poetas canónicos sólo seis hicieron literatura dramática. Además, en algunos casos (Gerardo Diego, Pedro Salinas), sus acercamientos fueron simbólicos y anacrónicos; es decir, posteriores a la época de eclosión de del grupo (1920-1936).
Por lo tanto, si se quiere admitir la existencia de un teatro del 27, hay que centrarse en otros escritores como Jardiel Poncela, Max Aub, Alejandro Casona e incluso Alberti. Tampoco debe olvidarse a cinco autores que, aunque de generaciones anteriores, hacen una dramaturgia renovadora:
- Azorín y su teatro antinaturalista influido por el cine.
- Unamuno y su reivindicación de la palabra en detrimento de la imagen.
- Valle-Inclán.
- Ramón Gómez de la Serna.
- Jacinto Grau.
En otro sentido, destacó la atención que se comienza a prestar a la escenografía y a la forma de actuar.
Este teatro inquieto está influenciado por el surrealismo y los modelos europeos que se plantean una nueva concepción de los personajes (Pirandello, por ejemplo).
Como ocurriera con el cine, la llegada de la República no supuso un cambio sustancial de la cartelera. Si acaso, la primacía Benavente-Arniches pasa a Muñoz Seca. Lo que sí hubo fue una polarización ideológica, pues se sintió la necesidad de hacer un teatro político, para el que se toma las teorías de Piscator y Ramón J. Sender y la dramaturgia soviética. En la práctica, este teatro político fue escaso en cantidad y en calidad.
Puedes dejarme un comentario audio(visual) aquí.
No hay comentarios :
Publicar un comentario