La evaluación en las redes sociales (II)
Hace unas semanas, Miguel Ángel García Guerra me propuso que reflexionáramos sobre la evaluación mediante redes sociales.
Como ya dije en otro post anterior, mi uso de Tuenti (la red social en la que me relaciono con mis alumnos) no es tan intenso como para verme en ese brete. De modo que haré un ejercicio de educación-ficción.
Lo primero que tenemos que tener claro es que Tuenti no nació para este fin; sin embargo, está implementando novedades que a los docentes nos puede venir bien. Me refiero a la posibilidad de crear páginas e invitar a participar en ellas a quienes creamos conveniente. Por ejemplo, este curso me está sirviendo para tener más organizados a mis alumnos (he creado una por curso) y personalizar de forma más eficaz el envío de materiales.
Sé que Antonio Solano (y espero que pronto nos cuente su experiencia) se está valiendo de ellas para comentar con sus alumnos de Segundo de Bachillerato las lecturas obligatorias del currículum.
Sin embargo, para este fin le veo una carencia fundamental: la imposibilidad de crear etiquetas al estilo de los hashtags de Twitter.
Y ya que lo mencionamos, digamos algo sobre el rey del microblogging: para lo que nos interesa, su talón de Aquiles es, por supuesto, la limitación a 140 caracteres. Cierto que un comentario puede ser mandado en varios tuits, pero no lo es menos, que su lectura debe ser fatigosa.
Llegamos, por fin, a la tercera y última: Facebook. Como ahora Tuenti, Facebook permite crear páginas (creo que allí se llaman grupos: al igual que mis alumnos, tengo cuenta aunque no me gusta demasiado), pero no etiquetar. Sin embargo, sí que envía un correo de aviso cada vez que alguien te escribe. Y todos los que usamos gmail sabemos lo fácil (y útil) que es su sistema de etiquetado. Con lo que, de forma indirecta, salvamos el que -como ya he dicho- para mí es el escollo principal de Tuenti.
Concluyamos:
Para una actividad en la que tuviera que seguir de cerca y evaluar la participación continuada de un grupo de alumnos (pienso, por ejemplo, en comentarios a un texto), creo que, a pesar de mi disgusto, me valdría de Facebook. No por sus virtudes, sino porque al comunicarme que alguien me ha escrito, gmail me permite categorizar y ordenar estas intervenciones.
Siempre he defendido Tuenti para menesteres docentes (es el hábitat natural de nuestros discentes), pero no olvidemos que ellos también conocen Facebook (me ha sorprendido la cantidad de mis alumnos actuales que allí tienen cuenta), aunque lo usen poco.
En cualquier caso y, como muy bien dice Miguel Ángel en su post hermano a éste,
P.S. Cuando iba a dar paso a la publicación del post, he recordado algo que le dije a Miguel Ángel en uno de los casi innumerables correos que nos hemos cruzado: no debemos olvidar Zoho, donde es posible que encontremos algo que se adapte a nuestras necesidades.
Como ya dije en otro post anterior, mi uso de Tuenti (la red social en la que me relaciono con mis alumnos) no es tan intenso como para verme en ese brete. De modo que haré un ejercicio de educación-ficción.
Lo primero que tenemos que tener claro es que Tuenti no nació para este fin; sin embargo, está implementando novedades que a los docentes nos puede venir bien. Me refiero a la posibilidad de crear páginas e invitar a participar en ellas a quienes creamos conveniente. Por ejemplo, este curso me está sirviendo para tener más organizados a mis alumnos (he creado una por curso) y personalizar de forma más eficaz el envío de materiales.
Sé que Antonio Solano (y espero que pronto nos cuente su experiencia) se está valiendo de ellas para comentar con sus alumnos de Segundo de Bachillerato las lecturas obligatorias del currículum.
Sin embargo, para este fin le veo una carencia fundamental: la imposibilidad de crear etiquetas al estilo de los hashtags de Twitter.
Y ya que lo mencionamos, digamos algo sobre el rey del microblogging: para lo que nos interesa, su talón de Aquiles es, por supuesto, la limitación a 140 caracteres. Cierto que un comentario puede ser mandado en varios tuits, pero no lo es menos, que su lectura debe ser fatigosa.
Llegamos, por fin, a la tercera y última: Facebook. Como ahora Tuenti, Facebook permite crear páginas (creo que allí se llaman grupos: al igual que mis alumnos, tengo cuenta aunque no me gusta demasiado), pero no etiquetar. Sin embargo, sí que envía un correo de aviso cada vez que alguien te escribe. Y todos los que usamos gmail sabemos lo fácil (y útil) que es su sistema de etiquetado. Con lo que, de forma indirecta, salvamos el que -como ya he dicho- para mí es el escollo principal de Tuenti.
Concluyamos:
Para una actividad en la que tuviera que seguir de cerca y evaluar la participación continuada de un grupo de alumnos (pienso, por ejemplo, en comentarios a un texto), creo que, a pesar de mi disgusto, me valdría de Facebook. No por sus virtudes, sino porque al comunicarme que alguien me ha escrito, gmail me permite categorizar y ordenar estas intervenciones.
Siempre he defendido Tuenti para menesteres docentes (es el hábitat natural de nuestros discentes), pero no olvidemos que ellos también conocen Facebook (me ha sorprendido la cantidad de mis alumnos actuales que allí tienen cuenta), aunque lo usen poco.
En cualquier caso y, como muy bien dice Miguel Ángel en su post hermano a éste,
El debate sigue abierto y estamos encantados de que sigáis aportando ideas y enriqueciendo esta propuesta.
P.S. Cuando iba a dar paso a la publicación del post, he recordado algo que le dije a Miguel Ángel en uno de los casi innumerables correos que nos hemos cruzado: no debemos olvidar Zoho, donde es posible que encontremos algo que se adapte a nuestras necesidades.
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