La mer, toujours la mer
Acaba el curso y toda la burocracia que conlleva, llegan las primeras olas de calor. Es hora de un post refrescante.
- Primera recomendación, el "punto de fuga" de Esperanza Peláez titulado La ciudad efímera.
- Segunda, la Variación VIII de El Contemplado, oasis de vitalismo, paz y orden en un mundo roto por la Segunda Guerra Mundial:
Renacimiento de Venus
Donde estuvo la nube ya no hay nube;
los ojos, que la piensan.
Absoluto celeste, azul unánime
sin ave, sin su anécdota.
Al célico sosiego otro marino
sosiego le contesta.
Las últimas congojas de la ola
playa se las consuela.
Tanto sollozo en leve espuma acaba,
y la espuma en la arena.
Le basta un color solo a tanto espacio,
sin vela que disienta.
El mar va por el mar buscando azules
y a un azul los eleva.
Está el día en el fiel. La luz, la sombra
ni más ni menos pesan.
Dentro del hombre ni esperanza empuja
ni memoria sujeta.
El presente, que tanto se ha negado,
hoy, aquí, ya, se entrega.
¡Presente, sí, hay presente! Ojos absortos
felices le contemplan.
El tiempo abjura de su error, las horas,
y pasa sin saberlas.
Aves, ondinas, callan, y de voces
vacío el aire dejan.
La dilatada anchura del silencio
de silencio se llena.
Es el vivir tan tenue, que no ata;
la cautiva se suelta.
Por las campiñas, ya, del puro ser
viene, va, se recrea.
Está el mundo tan limpio, que es espejo:
la escapada lo estrena.
Radiante mediodía. En él, el alma
se reconoce: esencia.
Segunda, y la mejor, surge del mar
la Venus verdadera.
Donde estuvo la nube ya no hay nube;
los ojos, que la piensan.
Absoluto celeste, azul unánime
sin ave, sin su anécdota.
Al célico sosiego otro marino
sosiego le contesta.
Las últimas congojas de la ola
playa se las consuela.
Tanto sollozo en leve espuma acaba,
y la espuma en la arena.
Le basta un color solo a tanto espacio,
sin vela que disienta.
El mar va por el mar buscando azules
y a un azul los eleva.
Está el día en el fiel. La luz, la sombra
ni más ni menos pesan.
Dentro del hombre ni esperanza empuja
ni memoria sujeta.
El presente, que tanto se ha negado,
hoy, aquí, ya, se entrega.
¡Presente, sí, hay presente! Ojos absortos
felices le contemplan.
El tiempo abjura de su error, las horas,
y pasa sin saberlas.
Aves, ondinas, callan, y de voces
vacío el aire dejan.
La dilatada anchura del silencio
de silencio se llena.
Es el vivir tan tenue, que no ata;
la cautiva se suelta.
Por las campiñas, ya, del puro ser
viene, va, se recrea.
Está el mundo tan limpio, que es espejo:
la escapada lo estrena.
Radiante mediodía. En él, el alma
se reconoce: esencia.
Segunda, y la mejor, surge del mar
la Venus verdadera.
2 comentarios :
¡Qué bonito!, aunque tú ya sabes que quizás mis preferidas sean la V y posiblemente la VI .
Tienes razón un post para disfrutarlo ahora que estamos de vacaciones y no tenemos tantas "dichosas prisas"
La verdad es que se me hizo difícil escoger una variación, pero me decidí por ésta porque -además de gustarme- no es demasiado larga.
La verdad es que nuestro proyecto me está enriqueciendo mucho gracias a las relecturas y, claro, a las lecturas nuevas.
Coge fuerzas que pronto tendremos que volver al ataque.
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